
Cuando uno imagina una playa griega, lo más probable es que vengan a la mente imágenes de aguas cristalinas, acantilados dramáticos y ese aura inconfundible de tranquilidad mediterránea. Pero hay un lugar que va más allá de cualquier expectativa: Myrtos Beach, situada en la costa noroeste de Kefalonia, la joya más serena del mar Jónico.
No es casualidad que esta playa figure constantemente en los rankings de “las mejores playas del mundo”. Lo que realmente la distingue es una combinación mágica: el blanco radiante de sus guijarros, el intenso azul turquesa de sus aguas y los acantilados que caen a pico creando un anfiteatro natural sobre el mar.
A primera vista, Myrtos parece irreal. Pero en cuanto bajas la carretera serpenteante que conduce al aparcamiento, la impresión se convierte en certeza: estás frente a uno de esos lugares que te cambia algo por dentro. Literalmente sientes que el tiempo se desacelera.


Un mar de turquesa: La belleza natural de la costa jónica
Lo primero que salta a la vista, incluso desde el mirador en lo alto del acantilado, es el color del agua. No es azul cielo, ni esmeralda, ni celeste. Es un turquesa intenso, casi fluorescente, que se vuelve más profundo y misterioso a medida que te alejas de la orilla.
Lo curioso es que no hay arena en Myrtos. En lugar de eso, la playa está formada por pequeños guijarros blancos que, bajo el sol, reflejan la luz y multiplican la intensidad del color del mar. Es como si la naturaleza hubiera diseñado un filtro de Instagram, pero sin tecnología.
Este efecto visual, sumado a la limpieza absoluta del agua, crea una experiencia sensorial completa. Nadar aquí no es simplemente refrescarse: es una conexión casi espiritual con el entorno. Incluso bajo el agua, la visibilidad es tan alta que puedes ver los detalles del fondo a varios metros de profundidad.
La playa está flanqueada por imponentes acantilados de roca caliza que proporcionan sombra natural en ciertas zonas, lo cual es ideal si no llevas sombrilla. Y aunque es una playa salvaje y virgen —no hay construcciones visibles—, en temporada alta encontrarás un chiringuito, algunas tumbonas y socorristas.
Cómo llegar a Myrtos beach: Consejos para tu visita
Llegar a Myrtos Beach puede parecer complicado al ver el mapa, pero en realidad es una de las experiencias más emocionantes del viaje. La playa se encuentra entre los pueblos de Assos y Divarata, y la carretera que baja desde la colina serpentea en curvas cerradas mientras te regala vistas cada vez más espectaculares.
Si vas en coche (lo más recomendable), asegúrate de conducir con precaución. El descenso es empinado y en temporada alta puede haber tráfico de subida y bajada simultáneo. Eso sí, cada curva vale la pena.
Tips prácticos:
- Llega temprano para evitar aglomeraciones y encontrar aparcamiento cerca.
- Lleva agua y algo de comida si vas fuera de temporada.
- No olvides zapatillas de agua: los guijarros pueden ser incómodos al caminar.
- Aunque no hay muchas sombras naturales, hay alquiler de sombrillas y tumbonas durante el verano.
Si no tienes coche, también hay excursiones organizadas desde Argostoli o Lixouri, pero perderás algo de la magia de detenerte en los miradores para contemplar la playa desde las alturas.
Qué ver y hacer en Myrtos beach: Más allá de la arena
Muchos piensan que Myrtos es solo una postal perfecta, pero la realidad es que es un lugar para explorar, descubrir y vivir a tu ritmo. Una vez que estás ahí, la playa ofrece mucho más que tumbarte al sol.
Si eres amante del snorkel, las aguas tranquilas de Myrtos son un auténtico paraíso. Cerca de las formaciones rocosas que bordean ambos extremos de la playa, puedes encontrar pequeños peces, erizos de mar y formaciones subacuáticas sorprendentes.
Otro plan clásico es caminar hacia los extremos de la playa, donde se forman pequeñas cuevas y zonas más aisladas. Ideal para quienes buscan algo de privacidad o simplemente desconectar con el sonido del mar de fondo.
Y si eres de los que disfrutan de capturar el momento perfecto, este es uno de los sitios más fotogénicos de Grecia. Desde la playa misma hasta los miradores en la carretera, cada ángulo es una postal.
Una escapada de paz: Por qué todos hablan de esta playa
Hay playas para ver y otras para sentir. Myrtos es de las segundas. Tiene ese tipo de energía que no se puede describir, solo experimentar. No hay música alta, ni vendedores ambulantes, ni deportes acuáticos que rompan la calma. Todo parece diseñado para el descanso y la contemplación.
Uno de los momentos más especiales fue cuando me tumbé solo, sin móvil, sin libros, sin nada. Solo el ruido de las olas y el vaivén de la brisa. Esa sensación de estar completamente presente, de no necesitar absolutamente nada más… es lo que convierte a Myrtos en una experiencia transformadora.
Muchos viajeros coinciden en que es una playa con “alma”, un lugar que te recibe con los brazos abiertos pero que también guarda algo de misterio. Y eso la hace inolvidable.
Atardeceres en Myrtos: El espectáculo que no puedes perderte
Aunque la playa es maravillosa a cualquier hora, hay un momento del día en que todo se vuelve mágico: el atardecer. El sol se va ocultando lentamente detrás de las montañas, tiñendo el mar de tonos dorados, naranjas y rosados.
Recomiendo quedarte hasta tarde para vivir ese momento. La playa se vacía poco a poco, el bullicio desaparece, y te quedas casi a solas con la naturaleza. Es como si el día te regalara una última escena de película antes de apagar el proyector.
Si llevas una cámara o incluso tu móvil, no te vas a resistir a fotografiar ese instante… pero créeme, ninguna foto hará justicia a lo que se siente estar ahí en persona.


Myrtos beach y las playas vecinas: Ruta por la costa jónica
Myrtos es la estrella, pero no está sola. La costa de Kefalonia está salpicada de otras playas igual de hermosas, y hacer una ruta por la isla es la mejor forma de descubrirlas todas.
- Antisamos: perfecta para snorkel y más familiar.
- Petani: similar a Myrtos, pero con más servicios.
- Foki Beach: pequeña, sombreada y rodeada de árboles.
- Xi Beach: famosa por su arena rojiza y aguas cálidas.
Puedes organizar tu viaje en coche y recorrer la isla en 3-4 días, haciendo base en Argostoli o Fiskardo y explorando sin prisa. Cada curva, cada bahía, cada playa tiene algo especial que ofrecer.
Conclusión
No es solo una playa. Es una emoción. Un recuerdo que permanece. Myrtos Beach no se visita, se vive. Es ese tipo de lugar que aparece sin avisar en tus pensamientos días, semanas o incluso años después del viaje. Si buscas un sitio que combine belleza natural, paz profunda, y un toque de aventura, este rincón del Jónico te espera con los brazos abiertos.