Las serpientes han desempeñado un papel importante en la mitología de muchas culturas, como la antigua Grecia, donde incluso se utilizaban para curar a los enfermos.
En todo el mundo, los reptiles se consideran a menudo símbolos de curación, transformación o fertilidad. En la antigua civilización minoica griega, que perduró en la isla de Creta desde aproximadamente el 3.500 a.C. hasta el 1.100 a.C., las serpientes ocupaban un lugar de gran importancia.
Una de las imágenes más icónicas de la cultura minoica es la Diosa Serpiente, una mujer con el torso desnudo que sostiene dos serpientes sobre la cabeza.
Sin embargo, quizá las serpientes más conocidas de la antigua Grecia sean las que se utilizaban para rituales curativos en los templos dedicados a Asclepio.
Las serpientes curaban a los enfermos en la antigua Grecia
Cuando visitaban un Asclepeion, los peregrinos primero hacían ofrendas y sacrificios al dios, y luego dormían en el santuario interior, la parte más sagrada del templo.
Las serpientes no venenosas se arrastraban libremente sobre sus cuerpos dormidos, lamiéndolos por el camino. Se creía que el contacto con las serpientes y los lametones de los reptiles ayudaban a curar a los enfermos. También se creía que los lametones de las serpientes en los oídos y los ojos producían una segunda audición y una segunda visión, o versiones más afinadas de los sentidos.
Al despertar, los pacientes informaban de sus sueños y síntomas a un médico del templo, que les recetaba un remedio o tratamiento para aliviar su dolor.
Las serpientes eran parte integrante del proceso de curación, y los reptiles se introducían en cada nuevo Asclepeion dedicado al dios en la antigua Grecia. En algunos templos, los perros sagrados también lamían a los pacientes.
Se cree que las serpientes estaban vinculadas a la renovación y la salud en la antigüedad porque mudaban su piel de forma rutinaria. El veneno de serpiente también se utilizaba habitualmente en la medicina griega antigua para curar diversos males.